miércoles, 13 de agosto de 2008

critica en portal Escena 71

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Lote 77
Original ritual de lo habitual
Por María Gabriela García

calificación: * * * * * excelente

Tres hombres de 30 años cuentan su historia, una historia que los entrelaza y los descubre varones, más o menos varones. Ese es el eje principal de la obra, definida como “investigación teatral”, que desgrana poco a poco la existencia de los tres personajes en articulación con “las tareas de crianza, selección y clasificación del ganado bovino”. El agua brota de la manguera y de la canilla que manipulan los tres hombres, al igual que los datos precisos sobre la producción de vacas y toros, el aprovechamiento de sus diferentes partes y su reproducción. Entre tranqueras que, desde el relato, se convierten en baño público, comienza el ritual.

Al igual que un deportista que practica su disciplina una y otra vez buscando la perfección, los actores se enfrentan a lo que ellos llaman: “práctica de género”. Al igual que un músico que ensaya una y otra vez los fragmentos de una obra, los intérpretes repiten un ritual, que va acopiando elementos, que se hace más complejo con el correr del tiempo, que se traba y destraba en un ritmo repetitivo, que en algunos momentos puede resultar enfermante y en otros superador.

En ese ritual masculino, que implica introducirse de la dinámica entre la exhibición y el ocultamiento que se da en un baño público masculino, surgen las particularidades de López, un hombre que conlleva el sufrimiento ligado al pasado histórico más oscuro de nuestro país y que ahora no tiene trabajo, una cuestión que lo desvaloriza y le impide desarrollarse, entre otras cosas, como padre de familia.
Por otro lado, De Andrea supo aprender de su padre los rasgos más destacados del estereotipo del macho, una situación que no le ahorra dolores y remordimientos. Por último Ferreiro encarna a un hombre identificado con elementos no masculinos, que carga con el estigma desde niño y está sumido, al igual que los demás, en la más sórdida frustración.

Y en esta última idea, aparece otro de los ejes que propone la obra, trabajar sobre el desengaño, sobre el naufragio de las expectativas, apoyado en la gráfica similitud entre la vida del ganado bovino y la alienación producida por el sistema de explotación del ser humano.
La dramaturgia de la obra se sostiene con buenas actuaciones, una escenografía que logra trasmitir un ambiente de sordidez y distintos espacios diferenciados, que aumentan la posibilidad de transformar las tranqueras en cubículos, dejando lugar para que el espectador imagine y se traslade a otros sitios, que también incluye el salto temporal hacia el pasado y el futuro.

La importancia de la genética, el hecho de ser un macho proveedor, el trauma de la castración, el cuerpo y el alma del varón, son distintos lugares revisados desde Lote 77, una original propuesta, que combina texto y acción e indaga en la construcción de la masculinidad argentina.

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